domingo, 25 de septiembre de 2016

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Galle. Sri Lanka.

Galle es el destino del Sur de Sri Lanka por excelencia. Un puerto de mar precioso, exótico y con el carácter que cientos de años de comercio colonial han marcado en sus casas, sus murallas y sus habitantes. 
El comercio de especias fue en su día el sello distintivo de este puerto, alrededor del cual se desarrolló un magnífico conjunto de edificios coloniales, principalmente holandeses. Todo el recinto se encuentra rodeado por una espléndida muralla cuya principal característica es que está construida íntegramente con corales, puesto que es el único material resistente de esa región. Así pues, el hombre tomó del mar lo que en muchas otras ocasiones toma de la tierra. La fortaleza de Galle es un lugar digno de visitar. Una preciosa iglesia protestante con su correspondiente cementerio, una mezquita, calles y edificios diseñados y trazados por los holandeses en su época colonial, coloridas casas de los cingaleses, actualmente habitadas por los musulmanes de la zona o convertidas en galerías de arte, tiendas con encanto, restaurantes, cafés, hoteles, algunos de ellos preciosos. En total, son unas cuatrocientas casas históricas que ahora se han puesto al servicio del turismo, puesto que como os decía es uno de los principales reclamos del país. 
Paseando por esas calles tuvimos que cobijarnos en un porche de un hotel. Una de esas tormentas tropicales, que poco duran pero mojan mucho, nos obligó a ello. No es de extrañar que la Naturaleza envuelva toda la ciudad con una vegetación exuberante. Pero no sólo la vegetación es magnífica, el mar deja sin habla. Tiene un color azul turquesa que satura los ojos. Y además está plagado de coloridas barcas de pesca que lo adornan como si fueran piedras preciosas… sin olvidar a los pescadores de caña únicos en el mundo, que pescan subidos a una percha y apenas se distinguen desde la alta muralla. Pero todo eso ya os lo conté en otros post.