jueves, 17 de diciembre de 2015

SON LAS FOTOGRAFIAS DE MIS VIAJES. Lago Titicaca. Perú

Llegar a Puno desde la ciudad de Cuzco es un trayecto duro. La carretera serpentea entre montañas cuyas cumbres se pierden más allá de la ventanilla del coche, una carretera que sufre los embates de los cambios bruscos de temperatura entre estaciones, y entre el día y la noche, por lo que su estado es precario y difícil de resolver. Si a eso le añades que la altitud de Cusco está sobre los 3.400 metros y que el trayecto es ascendente hasta los 3.800, os podéis imaginar cual es la sensación de cansancio y desorientación que tienes durante el viaje.
Recuerdo perfectamente las ganas que tenía de llegar a Puno. Justo al final de una curva ascendente, un mirador sobre la ciudad, ofrece una imagen sobrecogedora. La imagen de Puno, una ciudad a orillas del lago Titicaca, uno de los más extensos y situado a mayor altitud del mundo.
El lago es un inmenso hábitat para especies animales y vegetales en el que el hombre ha adaptado su forma de vida. Particularmente especial es el conjunto de islas flotantes realizadas por los Uros, islas artificiales hechas con unos juncos llamados totora y habitadas por la etnia Uru. Se trata de comunidades que viven de la pesca y la caza. Construyen no sólo las islas, sino también sus casas, establos, edificios comunales, escuelas y las barcas sobre las que se desplazan y consiguen su sustento.