lunes, 17 de agosto de 2015

SON LAS FOTOGRAFIAS DE MIS VIAJES. ITERUM. Florencia. Italia.

ITERUM.
Tengo que confesar mi absoluta admiración por Santa Maria dei Fiori. Pero es que además, para añadirle mayor encanto, está en Florencia, sinónimo de arte en mayúsculas.
El conjunto arquitectónico formado por la Catedral, el Campanario y el Baptisterio es colosal. Todos estos elementos son singulares y emblemáticos. Intentaré explicar por qué.
Florencia, a inicio del Renacimiento, era una ciudad poderosa sede de la mayoría de familias ricas de comerciantes y nobles. Entre ellos rivalizaban en poder y ostentación, lo que propició el desarrollo de las artes y las ciencias.
Santa Maria dei Fiori fue un claro ejemplo. Brunellesci diseñó y construyó la magnífica cúpula utilizando por primera vez la técnica de anular los empujes horizontales y, así, aligerar el peso que soporta. Esa cúpula se considera la transición entre el Gótico y el Renacimiento.
Pero además, Giotto añadió al Duomo un campanile de una belleza extraordinaria, desde el cual se divisa una de las vistas de Florencia más espectaculares.
Pero personalmente, me encanta el baptisterio. Un pequeño templete frente a la puerta de la Catedral cuyas puertas, a mi entender uno de los máximos exponentes del arte universal, fueron realizadas por Ghiberti, ganador del concurso que se convocó y al cual acudieron los mejores escultores de la época, Brunellesci incluído, que al no resultar elegido dejó su faceta de escultor para siempre.