sábado, 9 de mayo de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Éfeso. Turquía

¡Si es que ya lo decía mi abuela, que para todo en la vida hay que tener un poco de suerte!. Baste como muestra este botón. A ver si no es tener suerte ser gato y nacer en el sitio arqueológico de Éfeso, en lugar de hacerlo en un apestoso callejón de cualquiera de esas metrópoli en las que nos agolpamos los humanos.
Y es que, además de disfrutar de la belleza de la arquitectura, escultura y mosaicos del lugar, cada día desfilan ante sus ojos miles de turistas que hablan lenguas dispares, visten de manera extraña (ya se sabe, durante las vacaciones nos ponemos todo lo que nunca nos pondríamos en nuestro día a día) y se comportan, unos bien y otros no tanto. Y los gatos, mientras, desde su atalaya privilegiada con miles de años de Historia, nos contemplan y se ríen por debajo de sus bigotes.