miércoles, 29 de abril de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Altiplano. Perú.

Desde Arequipa hasta Puno se recorre una de las carreteras más altas del mundo: la que transita por el altiplano peruano.  
Cuesta explicar las dificultades que se tienen de respirar, de moverse e incluso de hacer el más mínimo esfuerzo. 
Os contaré. Lo hicimos en una minivan, junto con dos matrimonios ingleses, simpatiquísimos, y tuvimos que estar todo el tiempo mascando hoja de coca con el catalizador (una especie de piedrecita volcánica que se introduce en la boca alrededor de la cual se coloca una hoja de coca). No os asustéis, nada tiene que ver con las drogas. En Perú, las hojas de coca se consumen en infusión, en caramelos que se venden en farmacia, o simplemente mascándola, para prevenir y curar el mal de altura.
La altura media del altiplano es de 4.400 metros y para los que no estamos acostumbrados es un hábitat en el que cualquier actividad es un suplicio.
Recuerdo tener que subir apenas cinco o seis escaleras para ir a un baño que estaba en un pequeño montículo y tener la sensación de ingravidez, de no tocar con los pies en el suelo, mareada y sin fuerzas.
La fotografía que hoy comparto es del altiplano, con el volcán Misti, al fondo. Una maravillosa vista que se ve doblemente hermosa por la presencia de un rebaño de llamas y vicuñas, camélidos típicos de los Andes, que pastan en libertad por esos páramos.