jueves, 5 de marzo de 2015

SON LAS FOTOGRAFÍAS DE MIS VIAJES. Costa del Cabo. Sudáfrica.

Desde Ciudad del Cabo hasta el Cabo de Buena Esperanza discurre una de las costas más bonitas que he visto nunca. 
Un lugar plagado de casas preciosas, algunas de ellas verdaderas mansiones, con jardines espectaculares y vistas hacia los mares más ricos del mundo.
Desde cualquiera de sus terrazas, sus afortunados moradores, pueden contemplar uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza: la migración de las ballenas azules y sus ballenatos hacia latitudes más frías en busca del crill, el alimento que permitirá sobrevivir a las abnegadas madres en esa larga migración amamantando al ballenato sin reponer apenas fuerzas y defendiéndole de sus enemigos, las orcas.
La fotografía que hoy comparto es de esa costa. Su clima típicamente mediterráneo, con viñedos al otro lado de las montañas que se ven, hacen de esa costa un lugar paradisiaco en el que cualquier ser humano se sentiría feliz.
Justamente en el lugar dónde se aprecian las manchas en el mar, esas más blanquecinas tan cercanas a la playa, pudimos ver emerger a una de las ballenas con su ballenato. Es una de las ocasiones en que las contemplamos desde tierra, sin tener que embarcarnos para poder estar cerca de ellas.