Cerca de la ciudad de Alepo se erige el monasterio dedicado a San Simeón el Estilita. Es uno de los personajes más peculiares de la Historia de los primeros siglos de la cristiandad, que desde mi época de estudiante me ha llamado la atención.
Los monasterios surgieron desde poco después de la muerte de Jesús, pero fue a finales del siglo III cuando empezaron a tener la entidad de comunidades en los que los monjes vivían juntos regidos por unas reglas. Ese fue el paso de los núcleos anacoretas al cenobitismo.
El personaje al cual está dedicado este monasterio, Simeón, fué un monje cenobio que se sometió a severas condiciones de vida. Por ello, fue expulsado de su monasterio y decidió vivir en contínua penitencia como anacoreta, primero en una cisterna seca, después en una cueva y al final, debido a las multitudes que lo visitaban por su fama, decidió que le construyeran una columna de 17 metros para vivir subido a ella y alejarse de cualquier contacto con los humanos. Sobre esta columna pasó el resto de su vida, más de 37 años. Por ese motivo se le dio el nombre de "el Estilita" (estylé = columna en griego).
La fotografía que hoy comparto es del resto que queda de la columna. El sitio arqueológico es precioso y está situado en mitad del desierto y está declarado Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO. La panorámica que se ve desde el montículo en el cual se asienta el monasterio es espectacular.
